Tacarigua es un pueblo de tradición y costumbre. Un lugar donde la querencia se clava en el pecho y se vuelve lugar común. Pero sobre todo es un pueblo solidario y apegado a las creencias.
Por eso, desde hace 27 años un grupo de jóvenes tomó la iniciativa de salir en parranda por todo el pueblo acompañado de los Reyes Magos, y con la excusa de que era su día, empezaron a llevarle un poco de felicidad a los infantes de la época, lo cual se fue convirtiendo en una bonita costumbre que fue creciendo hasta alcanzar el tiempo que tiene hoy en día, llegando a representar un hito en la historia de la Tacarigua de Margarita.
Esta plausible acción se convirtió luego en una fundación que lleva el nombre de Pro Niños de Tacarigua, la cual es la encargada de llevar a cabo la tradicional parranda de los Reyes Magos que alaban propios y extraños.
José Motta, presidente de la citada fundación, cuenta que todo salió de una parranda de un grupo de amigos, de una misma generación, todos muy identificados con el pueblo y con mucho amor por lo nuestro y sobre todo por la música navideña; claro, nunca pensaron que iban a llegar tan lejos, pero el tiempo fue pasando y ahora no sólo reparten alegría y sonrisas a los chiquillos tacarigüeros, sino que igualmente asignan becas a los niños humildes del pueblo que se destacan en los estudios.
También la Fundación Pro Niños de Tacarigua ha pensado mucho más allá y por eso presenta proyectos a la empresa privada, como lo fue el caso del año pasado que la empresa Optidrill, cuyo gerente general es Manuel Moya, le aprobó una propuesta y este año donaron una cantidad de instrumentos musicales a los alumnos de las escuelas Napoleón Narváez y Cruz Millán García, ambas de la población, con la finalidad de formar una estudiantina en cada plantel, basada en una preparación musical con destacados profesores e integrada al pensum de estudio. Y todo tiene un fin: formar valores autóctonos y al mismo tiempo preparar la generación de relevo para que la parranda continúe y perdure.
Por tanto, se deduce que los Reyes Magos seguirán visitando a los niños tacarigüeros, por los siglos de los siglos. Amén.
Esta plausible acción se convirtió luego en una fundación que lleva el nombre de Pro Niños de Tacarigua, la cual es la encargada de llevar a cabo la tradicional parranda de los Reyes Magos que alaban propios y extraños.
José Motta, presidente de la citada fundación, cuenta que todo salió de una parranda de un grupo de amigos, de una misma generación, todos muy identificados con el pueblo y con mucho amor por lo nuestro y sobre todo por la música navideña; claro, nunca pensaron que iban a llegar tan lejos, pero el tiempo fue pasando y ahora no sólo reparten alegría y sonrisas a los chiquillos tacarigüeros, sino que igualmente asignan becas a los niños humildes del pueblo que se destacan en los estudios.
También la Fundación Pro Niños de Tacarigua ha pensado mucho más allá y por eso presenta proyectos a la empresa privada, como lo fue el caso del año pasado que la empresa Optidrill, cuyo gerente general es Manuel Moya, le aprobó una propuesta y este año donaron una cantidad de instrumentos musicales a los alumnos de las escuelas Napoleón Narváez y Cruz Millán García, ambas de la población, con la finalidad de formar una estudiantina en cada plantel, basada en una preparación musical con destacados profesores e integrada al pensum de estudio. Y todo tiene un fin: formar valores autóctonos y al mismo tiempo preparar la generación de relevo para que la parranda continúe y perdure.
Por tanto, se deduce que los Reyes Magos seguirán visitando a los niños tacarigüeros, por los siglos de los siglos. Amén.
EMIGDIO MALAVER G.
emalaverg@gmail.com
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