martes, 8 de septiembre de 2009

A Nuestra Virgencita del Valle

La Virgencita del Valle...

¡ Salve Virgen Marinera ! ¡ Salve Reina y Madre Milagrosa !

Una Acrisolada Tradición Mariana de puro arraigo Guaiquerí. Conjunción Espiritual y Social de la Nueva Esparta y su Patrona. El Milagro de la Esperanza. ¿De donde vino la Virgen hasta las playas Paraguachoanas? Desde los primeros años de la entronización perpetua de la Virgen del Valle en Margarita, la preciosa imagen fue objeto del más acrisolado culto y de la mayor veneración en la isla. Rápidamente ese culto y esa veneración se fueron extendiendo hacia las antiguas provincias de la insular: Cumaná, Barcelona y finalmente Maturín, de suerte que ya para la época de la Independencia, Nuestra Señora de la Natividad del Valle del Espíritu Santo se había convertido en Patrona de todo el Oriente de Venezuela.

Devoción especial, rayana en férvida e indeclinable adoración, conquistó la Virgen del Valle entre los indios guaiqueríes de Margarita y Coche y sus hermanos de la zona propiamente marítima de Cumaná. Los descendientes mestizos de aquellos aborígenes antillanos, han heredado de sus ascendientes indio-hispanos el mismo celo devocional de aquellos por la Perla Diosa de Oriente, en quien ven, a un mismo tiempo, a la Reina del Cielo y a la Divina. Guaricha del Caribe. Culto secular, pletórico de historia genuinamente venezolana y coloreado de maravillosas leyendas. La fuerza espiritual liberadora imantando desde la inefable sonrisa de la Generala insigne, y la otra, la fuerza viva del ancestro en perenne exaltación de poder realizador de evidentes milagros que rodea invisible, pero palpablemente, a la Virgen insular como un nimbo de gloria que sólo los ojos iniciados en el devoto amor por Ella, saben visualizar.

De donde vino? ¿cuando arribó por primera vez y definitiva a las playas Paraguachoanas? Según datos tenidos hoy como razonablemente exactos, la primera noticia que se tiene de la Virgen -hoy del Valle del Espíritu Santo- es que su trayectoria destinal hasta la isla de Margarita se inició en Jerusalén, cuando las huestes del gran Saladino tomaron la Ciudad Santa. Al parecer, el caudillo islámico permitió a los caballeros cristianos llevarse la imagen. En efecto, tiempo después la hoy Patrona de nuestro Oriente patrio estaba en Hungría durante la etapa de preparación de la Tercera Cruzada. De allí la Virgen fue llevada presumiblemente a España, ya que, según datos existentes al respecto, se la vio partir nuevamente en compañía de los cristianos que fueron liberados en Granada, a consecuencia de la rendición de Boadil El Chico y la entrega de la histórica plaza a los Reyes Católicos Fernando e Isabel. .Mas tarde Nuestra Señora de la Natividad llega a Malta, y de allí sigue en extraordinario peregrinar, a Irlanda
Allí, en la Verde Erín, nuestra futura Patrona, diríase que hizo el alto definitivo de su próximo rumbo a nuestra patria.

Fue un joven sacerdote hispano-irlandés que nos trajo a la Virgen del Valle. Cuenta la crónica que dicho levita hacia compañía a Lord Fernando Harry Corainn, un emigrado de Irlanda que vino a Margarita por el año de 1777. Antes de arribar a la playas margariteñas, los viajeros se detuvieron en Trinidad, de suerte que esta isla fue el lugar inmediatamente anterior en que estuvo la Virgen antes de llegar al Valle del Espíritu Santo, justamente el feliz arribo acaeció el día 8 de septiembre del mencionado año, y es por eso por lo que dicha fecha anual está dedicada por todos los moradores de nuestra región oriental a celebrar y rememorar tan magno acontecimiento para la cristiandad venezolana.

La Leyendas de la Virgen

Las leyendas de la Virgen del valle las hemos recogido de labios del pueblo. Refieren que en el mismo lugar donde se levanta la capilla había antiguamente unos árboles. Cuentan que un guaiquerí, cortando unos árboles, encontró una caja y que al abrirla descubrió la imagen de la Virgen. La sacó y convocó al pueblo. Primitivamente le levantaron una capilla de palmas. Allí comenzó la devoción. Muchos refieren que hay diversas leyendas sobre la Virgen del Valle. Una de ellas dice que el mar la arrojó a las playas de Porlamar, donde la encontró un indigena.

Se dice que fue una madrugada que había salido a pescar y la escondió al pié de un árbol para que los españoles no se la robaran. Otros dicen que apareció a un pescador, quien se adueñó de ella..Son leyendas que corren por el pueblo. Lo cierto es que no se ha podido establecer la verdad. Un viejo intelectual de Porlamar nos aseguró que lo que se dice sobre la Virgen del valle es pura leyenda, nada en concreto. Pero lo más seguro es que un barco español la haya lanzado al mar durante un naufragio y que haya venido a dar a las playas de Porlamar. Allí la encontró el guaiquerí y la llevó al Valle. Se ha escrito bastante acerca del origen de esta mariana advocación y muchos desconocen como llegó a Margarita la preciosa imagen que veneramos con el más intenso fervor los nativos y llegados a esta región.

Entre los caracueyes la encontraron unos guaiqueríes que hacían leños y cortaban bejucos. Diminuta, sus manitas blancas en actitud piadosa y sonriendo al cielo. Así empieza el relato de los viejos, así lo van contando los que nacen. Y la tradición sigue echando surcos de milagros, atizando la llama del espíritu pleno de devoción se multiplican entre rezos y lágrimas.

Parece que el margariteño siente aferrarse más a su tierra salada por lazos de tradición que por el hecho de haber nacido en ella. La Virgen es la timonera, brújula espiritual de numerosos fieles, de miles y miles de creyentes que se acercan, después de haber surcado mares y cortando caminos, hasta el sagrado altar para cumplir con las promesas hechas en su nombre. Porque eso es Ella, una virgencita milagrosa a quien evoca el margariteño en lo más profundo de sus exclamaciones y a quien el pueblo entero de la Isla cuenta con el fervor de sus palabras, sus miserias y dolores, como a una madre que lo escucha y resuelve todo con su corazón de paloma mensajera enviada del cielo.

El Valle de los Milagros

Hay un dicho margariteño que dice: "a llorar al Valle", bien pudiera esto decir en síntesis lo que es para el Oriente la Virgen del Valle. Ella es quien recoge las lágrimas de las madres, las escenas náufragas de hijos perdidos, las semillas de los campos, las penas de las cárceles, todas las partes del cuerpo humano, en fin un reguero de milagros que hablan bien a las claras de la intervención de la Madre del Valle ante sus hijos predilectos.

La pierna de perla, el milagro doble de la Virgen, es el precioso eslabón de esta innumerable cadena. "Un buzo de cabeza" es herido por una raya maligna en su pierna. Se crea la gangrena en la parte enferma. Los médicos resuelven amputar la pierna. La mujer del buzo de la historia, se acoge piadosa ante la Excelsa Madre margariteña, pidiéndole la curación de la pierna enferma de su marido ofreciendo una promesa. Lentamente la herida va cicatrizándose, el buzo es otro hombre y en su rostro alienta la alegría sana de su recuperación. Falta cumplir la promesa hecha por su mujer, de buscar en el mar, en su trabajo de buzo. el obsequio a la Virgen del Valle. Viene la pesca de perlas. Se arrastra por el fondo del mar, buscando afanosamente la perla de la promesa. El devoto insular comenzó su tarea, fijo el pensamiento en la celeste Reina, a quien era deudor de la divina gracia. En el preciso instante en que su cuchillo de marinero abrió en dos mitades el primer molusco, surge de la viscosa pulpa un luciente barroque con la forma perfecta de una pierna, donde se destaca la cicatriz de una pústula. Lleno de la más honda emoción, el broncineo pescador fue y colocó la presea en el trono de la milagrosa imagen. Este milagro se exhibe en el museo de la Virgen del Valle.

A la Virgen del Valle acuden los nativos de la isla y aún de todo el país, tal es su renombre, para interpretar su gracia, siendo verdaderamente abrumador el cúmulo de ex-votos, por lo general de oro, que figuran en su basílica. Se le hacen promesas, algunas raras, como la de ir "nadando" sobre la explanada que la circunda, cierto número de metros, a veces centenares. No es de extrañar que los "milagros" o relatos de prodigios, sean un tema de conversación y enfervorizamineto y aún formen parte del folklore de la isla. Por lo que toca a los milagros, no solamente se cuentan de la Virgen, sino que hay otros como el que relata la leyenda del Cristo de Pampatar, que viniendo a bordo, su imagen, de un navío español, con destino a otro puerto, se desató una tempestad, que seguida de otras, obligó al capitán a dejar el Cristo que manifestaba, decían de esta manera, su inquebrantable voluntad de ser Pampateño.